jueves, 11 de febrero de 2021

MI CARTA

Casi vamos a cumplir un año desde que escuchamos  por primera vez la palabra Corona virus. Y desde entonces…¡Cuánto ha cambiado nuestras vidas!
Hemos tenido la suerte de vivir en una época de "bonanza" en todos los sentidos, político, económico y social.

Nunca habíamos vivimos la privación de nuestra libertad;  la palabra confinamiento cayó como una losa en nuestra cabezas y entre todas/os conseguimos que poco a poco volviese  “la normalidad” (aunque ya nada ha sido igual).
Se acabó el verano, abrimos los colegios (no sin temor) y volvieron nuestros alumnos a su "rutina escolar". Y así han ido transcurriendo los meses.
Nos levantamos con cifras de contagios, estadísticas y seres queridos que nos dejan.

El esfuerzo, el cansancio y la desmotivación es algo  que llevamos detrás como una sombra eterna.
Pero las maestras y maestros al igual que los artistas, siempre sacamos una sonrisa e intentamos que “la función continúe; sobre todo, por nuestro público, esos peque que tenemos delante y que les ha tocado vivir injustamente “una mala época”.

Como en la montaña rusa, estamos en una tercera ola, una ola que nunca acaba;  de la que casi vemos el final, pero nunca llega.
Ha sido en ese carrusel de emociones cuando nuestros compañeros sanitarios nos piden ayuda. Nos gritan que demos aliento a tantos y  tantos enfermos  de esta enfermedad innombrable. También ayuda y aliento para ellos, porque son imprescindibles y no pueden desfallecer.

Es así como surge la iniciativa de un humilde maestro de colegio, que lee el llamamiento de los sanitarios en el periódico y escribe una carta de ánimo.
Y como si del “juego del teléfono” se tratara, la actividad personal, se contagio a una clase, luego a otra, corrió por los pasillos del colegio Las Naciones llegando a todas las etapas. También se escapó por las ventanas y alcanzó al alma y los corazones de antiguos alumnas/os. De esta manera se han empezado a escribir montañas de cartas que gustosamente enviaremos a los compañeros del Hospital Regional de Málaga. 

Vaya como muestra un botón. Ahí está la carta que inicia la cadena. La carta de un humilde maestro con alma de poeta y del que tenemos la suerte de contar en nuestro claustro.
Si queréis contactar con aquellos que recibirán vuestras palabras de ánimo y aliento, solo tenéis que hablar con vuestro/a tutor/a. Ellos se encargarán de enviarla. 

Mil gracias y no olvidéis que “A veces sentimos que lo que hacemos es solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltase una gota” (Santa Teresa de Calcuta)

Lourdes Fdez. 
Coordinadora Escuela espacio de Paz.




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